A ELLA.

Cada vez que tu mirada se cruza con la mía siento como si un ángel me tocara con sus alas. Dejas en mi pecho el sentimiento más vibrante de mi vida, el nerviosismo que más duele y que me mata. No sé si algún día mi espíritu llorará sangrante de tanto esperar. No sé si esta pasión crecerá tanto, tanto hasta el día en que me impida respirar. Pero sé bien que te quiero, sé bien que tú eres todo mi dolor, que mi corazón no dejará de seguirte, que correrá tras el anhelo desquiciado de tu amor. No sé si algún día serás para mí, si llegará la noche que tanto soñé. Pero sé bien que este deseo se robo mi ser, que camino cuitado, que me enamoré. Lic. Marco A. González J.