LA VERDAD ROBADA
En aquel tiempo los hombres eran libres, honrados, trabajadores, estudiosos, vivían en paz y
armonía, era imposible corromperlos, había respeto hacia los mayores y las mujeres, los
seres humanos honraban a sus padres y procuraban con toda diligencia el bien de los niños.
Los espíritus oscuros como la ira, la avaricia, la lujuria, y todos los males que pueden
contaminar al hombre vivían desesperados buscando la forma de corromperlos,
inventaron la televisión, la política moderna, los sindicatos negros, las sectas y cualquier
tipo de embuste tratando siempre de lograr que el hombre se perdiera. Hasta que se
organizaron y todos juntos comenzaron a idear:
“Uno de los bienes más preciados por la humanidad es la verdad” dijo un espíritu embustero.
“Si la ocultamos en un lugar donde no puedan encontrarla, el hombre perderá el rumbo, y será
presa fácil” añadió.
“Pero la verdad está por todos lados, basta con que los hombres abran bien los ojos y la
encontrarán por doquier, recordemos que tienen la capacidad de razonar, de investigar,
de inquirir y todo ello conduce siempre, inevitablemente a encontrar la verdad” dijo un
espíritu iracundo.
“Ya sé, escondámosla en la luna”, dijo el embustero.
“No, no falta uno de esos locos que se hacen llamar poeta, que dizque hablan con las aves y se
pasan noches enteras contemplándola y la vayan a encontrar en uno de esos embelesos
nocturnos, según que pueden ver cosas que los demás no ven” dijo un espíritu rencoroso.
“Llevémosla a la cima del monte más alto” insistió.
“Tampoco, recuerden que existen hombres que a pesar de los obstáculos, de las adversidades,
del clima y de todo aquello que pueda dificultar su ascenso, siguen siempre escalando,
digo, ya se han dado casos, han llegado a la cima del Everest” dijo un espíritu lleno de
envidia.
“ y si la escondiéramos en el subsuelo?” dijo un alma llena de vicios.
“No, no es seguro, ya ven que hay arqueólogos que se la pasan haciendo excavaciones para
descubrir los verdaderos orígenes de la historia de la humanidad, no vayan a desenterrarlo
como lo hicieron con el centro histórico en la ciudad de México.
Sería mejor llevarlo al polo norte, a la región más difícil” dijo un espíritu lleno de pereza.
“Pero el calentamiento global está a todo lo que da, se están derritiendo los polos, no vaya a
ser que un día se derritan por completo y la verdad aparezca flotando en el océano,
además con la voracidad que están desapareciendo los bosques y selvas para construir sus
ciudades dragonas y sus cadenas de tiendas, no tardan en fraccionar los polos y
urbanizarlos aunque arrasen con los ecosistemas, mejor hay que esconderla en el fondo
del mar” afirmó un espíritu lleno de avaricia.
“no, estos cuates ya tienen submarinos, el próximo paso es conquistar el fondo del mar,
además con ese amor que tienen por el petróleo, no tardan en hacer pozos profundos por
todos lados, y si en México se les hace vender Pemex, la cosa se va a poner peor, ya sabes
cómo son los gringos, van a desatar una fiebre por el oro negro, yo creo que lo mejor es
esconderla en los libros, definitivamente” dijo el maligno mayor.
“Pero en los libros, cómo, o sea cómo!
Los van a descubrir” dijo el alma más vanidosa.
“Los libros son baratísimos, , son más baratos que cualquier parranda, más baratos que
cualquier droga, más baratos que in iphone, más baratos que cualquier prenda de marca,
más baratos que cualquier consola de video juegos, o sea, te pasas de veras, cómo crees
que en los libros, no inventes wey” añadió burlona.
“Además, los hay por todos lados, en todas las escuelas, en todas las casas, es más hasta hay
bibliotecas donde los prestan, o sea qué onda” remató.
“Sí, pero por muchos que haya, la humanidad ya no los aprecia, nadie, no los leen, mientras
haya telenovelas de esas típicas en donde una mujer pobre sufre y es humillada y al final
se vuelve rica y se anda vengando de todos y el galán le ruega, no leerán libros.
Mientras haya luchas, boxeo, foot ball o cualquier deporte en donde se puedan hacer
apuestas y aunque esté previamente arreglado quién gana y quien pierde, nunca leerán
libros” dijo el maligno.
“Eso sí, nada mejor para distraer que una película de un wey mamadísimo que maneja todo lo
que tenga volante y sepa usar todas las armas y trátese de lo que se trate la película
termine acostado con una encueratriz, aunque tengan que borrarle la voz de tarado, hasta
gobernadores los hacen en USA, tienes razón” asintió la vanidosa.
“Exacto, o un programa morboso en donde supuestas familias se saquen los trapitos al sol, se
insulten y ventilen públicamente sus problemas más íntimos y al final una vulgar y altanera
mujer les haga justicia y les regale un carrito taquero. Esos son los meros moles de la
gente” respondió el maligno.
“ Obvio wey!, pero qué hacemos con los pocos que no leen?” inquirió la vanidosa.
“A esos ya ni los pelan, los ignoran, ahora escuchan las opiniones de cantantes plásticos, los
ponen a dar conferencias, pláticas, etc., como si tuvieran la debida instrucción para
hacerlo, escuchan a las modelos más escuálidas, a los galanes gruperos que chupan y usan
sus troconones y sobre todo hacen caso del ídolo mundial: el internet y las redes sociales.
Los intelectuales ya tienen bastante con los gobiernos represores, y en los medios no habrá
lugar para ellos, y como no hay rating para ellos, no los van a querer en ningún programa,
no son enemigos de cuidado” dijo satisfecho el maligno.
Y desde entonces la verdad se ha mantenido oculta, sólo unos pocos han podido descubrirla,
pero son tan pocos y tienen tan poca atención, que poco a poco se va perdiendo la esperanza
de encontrarla.
La única esperanza que nos queda, es algo que los espíritus malignos no contemplaron en sus
planes:
Los niños, en su inocencia y con su inquietud son suspicaces, curiosos, tal vez i les inculcamos
el respeto por los libros y el hábito por la lectura ellos, algún día, encontrarán la verdad y
como se dijo alguna vez, la verdad los hará libres.
LIC. MARCO A. GONZALEZ J.