EL REGALO
qué podría regalarte, que podría ofrecerte que pueda decirte lo que siento?
si hasta las estrellas pierden su brillo en las noches nubladas
en que el cielo tempestuoso hace jirones las nubes
y el relámpago surca el horizonte rugiendo
si hasta la porcelana se vuelve áspera con el paso del tiempo
y los colores perecen bajo el sol inclemente,
si la flor se marchita y fenece como el sueño truncado
tras la catarata de los días que pasan.
hay sentimientos tan etéreos, tan intensos y desmedidos
que no bastan las palabras, los regalos, las canciones.
hoy, tras un breve instante de contemplación,
he comprendido que todo pasa, que todo cumple un ciclo, efímero,
así como cada momento, como cada historia, como cada sentimiento,
lo único eterno pertenece a otra naturaleza,
a un origen muy distinto y misterioso.
tras haberlo sentido, todo lo vivido resulta banal.
así eres tú, diferente, distante, inmaculada,
virginal y acrisolada, tu amor va más allá.
cuando todo pase, cuando me vaya,
quedará tu recuerdo en mi pensamiento,
perenne y tenaz, grabado con fuego,
ese fuego augusto de tu misticismo que me arroba.
sólo la promesa que te hice un día,
la plena y sublime sensación que tu vida dejó en la mía.
y no habrá más obsequios,
no habrá más ofrendas que mi inspiración,
un sentimiento desnudo, un vacío en el tiempo.
el único regalo que mi destino merece ofrecerte,
el último suspiro que el arcano me conceda,
mi último pensamiento, será para ti,
como una oda, como un himno,
donde se acabe la vida, donde comience lo eterno.
lic. marco a.gonzálezj.
SUEÑA
Sueña que siempre
Estoy en tu mente
Que nada es tan malo
Como lo parece
Sueña que escuchas mi voz
Solo en tu interior
Que no estas tan solo
Si estamos tu y yo
Sueña con todo mi amor
Con mi corazón
Que no existe el dolor
Si estamos los dos
Sueña con esa mirada
Tan enamorada
Con esa sonrisa
Y el tiempo de prisa
Sueña que volveré a verte
En cuánto te extraño
En toda la suerte
De estar a tu lado
Sueña que todo es verdad
Ya no hay soledad
Y esas caricias
Que un día volveran
Nancy N. González Jiménez